GÉNESIS, “MI CARTA DE AMOR POR EL PLANETA”
1 de julho de 2014 Processocom
Génesis es un término que en español puede remitirnos a los géneros masculino o femenino, según el caso. Es masculino cuando se refiere al primer libro del Antiguo Testamento (el Génesis – y se escribe con mayúscula, además); cuando significa principio, origen, el género que le corresponde es el femenino. Por ende, la génesis a la cual me voy a referir en este artículo nos remitirá a un proyecto planificado y ejecutado por Sebastiao Salgado, uno de los más importantes fotógrafos brasileños, reconocido en el mundo todo, cuya culminación se ha plasmado en la edición y publicación de un libro de fotografías de gran formato (36 x 24 cm), además de las múltiples exposiciones que viene realizando el autor en diferentes ciudades importantes del orbe, como lo pudimos constatar en Porto Alegre hace poco tiempo.
Génesis (2013) es – en su orden – el último proyecto fotográfico de envergadura de Salgado, después de Trabajadores (1993) y Éxodos (2000), además de otras obras y la exitosa carrera de fotoperiodista. Según se refiere en la contratapa y presentaciones del libro, en el proyecto se invirtieron ocho años; lo que tuvo que prever, entre otras cosas, el financiamiento y los patrocinios, los recursos humanos, técnicos y logísticos, la definición de más de treinta destinos donde se iba a realizar la tarea, y el establecimiento de un calendario para efectuar los viajes en las épocas más adecuadas; además de la edición y publicación de los libros.
Sólo se puede entender la magnitud de la empresa de Génesis cuando tenemos la oportunidad de mirar y apreciar cada una de las fotografías de la exposición o, si eso no es posible alcanzar, el recurso que nos queda es pasar nuestra mirada por las quinientas y más páginas del libro, e informarnos sobre los detalles de cada fotografía leyendo la literatura explicativa, contenida en un opúsculo de treinta y cinco páginas adjunto a la gran obra.
Pero, ¿cuál es la trascendencia de Génesis? Nada más ni nada menos que rescatar y testimoniar fotográficamente la existencia de pueblos, animales, paisajes y lugares que aún permanecen a salvo de la intervención del mundo que se dice moderno; tesoros que se encuentran diseminados en una proporción significativa sobre la superficie terrestre. Realidad esta que se muestra en las exposiciones y en el contenido del libro, dividido en cinco partes: 1) Sur del planeta (ps. 19-115); 2) Santuarios: Islas Galápagos (ps.121-135), Tribus de Irian Jaya, Indonesia (ps. 136-167), Madagascar (ps. 168-197), Planaltos de Papúa-Nueva Guinea (ps. 198-205), Los Mentawai-Indonesia (ps. 206-215); 3) África: La etnia San (ps. 230-239), Los Dinca del sur de Sudán (ps. 254-261), Los Himba (ps. 262-267), Un viaje por el Antiguo Testamento (ps. 269-307), Las tribus del valle interior del Omo, Etiopia (ps. 309-317); 4) Tierras del Norte: Caribú en el Refugio Nacional de la vida salvaje en el Ártico (ps. 235-391), Los Nenets (ps. 392-417); 5) Amazonia y Pantanal: La tribu de los Zo´é (ps. 440-449), Los indígenas del Alto Xingú (ps. 464-501), La fauna del Pantanal (ps. 502-517).
Como se puede apreciar, la sola mención de tales nombres ya denuncia una diversidad de geografías, pueblos, de especies animales y vegetales que, captados por la lente de Salgado, son el testimonio de un mundo que hay que conocer, valorar y preservar: “Cerca del 46% del planeta es todavía como era en el tiempo de la génesis”, nos lo recuerda este fotógrafo y ser humano comprometido con su tiempo y con la historia.
Esta “… carta de amor para el planeta” que Sebastiao Salgado ha inscrito en la memorable Génesis, tiene el sello inconfundible de su fotografía en blanco y negro, de una estética que se fragua en la paciencia del cazador experto, se capta en el tiempo cierto, se revela con maestría, y se difunde como es preciso y oportuno, en procura de la utopía: ¡salvar nuestro planeta del desastre! Mostrar la belleza preservada, mediante una fotografía deslumbrante, ¡he aquí un legado que nos concierne!